Motin a bordo (II Parte)



Continuación.

El verdadero problema de los motines se encontraba en saber cómo terminar con ellos. Muchos capitanes emprendían violentas reacciones contra los grupos rebeldes de abordo y estas terminaban en lamentables baños de sangre. Los motines entonces eran disueltos por la represión y la fuerza bruta. Tarde o temprano la tripulación volvería a rebelarse y esta vez buscando cortarle la cabeza al líder.
La rebeldía tiene orígenes en lo más profundo del hombre, es en pocas palabras semejante a un instinto que se trae en los genes y que explota o aflora en los momentos más cruciales de la vida de las personas cuando se relacionan o interacciona con otros seres humanos, especialmente cuando se trata de asuntos de liderazgo.

Por naturaleza los jóvenes encuentran los puntos débiles de los padres para utilizarlos en su provecho. En la mayoría de motines en alta mar el segundo a bordo tomaba partido por la tripulación, así en la vida familiar uno de los dos padres tomará partido por los hijos. Si eres el padre, verás como tu esposa pasando por encima de tu autoridad se pondrá a la par de ellos y apoyara su causa. Y si eres la madre verás que tu esposo hará lo mismo en otras ocasiones. Así cuando ellos se dan cuenta de estas debilidades, vienen y las aprovechan.

Existe todo un compendio de información en la Biblia acerca de los orígenes de la rebeldía. La Biblia narra el momento en el cual Satanás, que entonces era Luzbel es echado del cielo:

“Fuiste elegido querubín protector, porque yo así lo dispuse. Estabas en el santo monte de Dios, y caminabas sobre piedras de fuego. Desde el día en que fuiste creado tu conducta fue irreprochable, hasta que la maldad halló cabida en ti. Por la abundancia de tu comercio, te llenaste de violencia, y pecaste. Por eso te expulsé del monte de Dios, como un objeto profano. A ti, querubín protector, te borré de entre las piedras de fuego.
A causa de tu hermosura te llenaste de orgullo. A causa de tu esplendor, corrompiste tu sabiduría. Por eso te arrojé por tierra, y delante de los reyes te expuse al ridículo. Has profanado tus santuarios, por la gran cantidad de tus pecados, ¡Por tu comercio corrupto! un fuego te devorara. Te eché por tierra y te reduje a cenizas. Al verte, han quedado espantadas todas las naciones que te conocen. Has llegado a un final terrible, y ya no volverás a existir”
. Ezequiel 28:14-19 NVI

Continuará…